Tomar té, quizás una de las características visibles más sobresalientes de la cultura china, un acto que ha existido durante milenios y ha perdurado y, espero, perdurará. Muchas personas ve el acto de tomar té un simple acto de rehidratar el cuerpo, algunos lo ven como una "manera oriental" de adelgazar, los ingleses lo consideran como un acto que refleja nobleza y clase. Solamente nosotros los chinos hemos creado una cultura que envuelve todo lo anterior, y mucho más. Para nosotros, más bien, para los chinos que realmente saben y conocen lo que es té, el tomar té es toda una ceremonia y un rito sagrado. Así como hay centenares de dialectos chinos, igual hay centenares de tipos de té diferentes, y cada uno tiene su propia aroma, su propia forma de producción, su propio efecto para el cuerpo humano, su propia forma de preparación, hasta la temperatura del agua requerida para cada uno es diferente.
El sabor del té es un poco amargo para los que lo toman por primera vez, y dependiendo del tipo de té, la amargura es más fuerte. Pero a la vez, el té tiene un sabor aromatico muy propio de él, luego de tomar el liquido, esa aroma se queda entre los dientes dandote una sensacion de frescura indescriptible.
Quizás de todos los liquidos que el hombre tome, excepto del agua, el té es el que menos violencia incita, de hecho, la preparacion del té y todo lo que involucra, por sí es un acto que requiere paciencia y dedicación, muy lejos de incitar violencia.
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