(nota: este post fue escrito en el aeropuerto el 22 de noviembre pero se publicó hoy debido a falta de acceso a internet durante este tiempo)
Aquí estoy, en la sala de espera del Aeropuerto Intenacional George Bush, Houston, Texas, por tercera vez.
Igual que las dos veces anteriores, esta vez también estoy aquí por conexión de vuelo. La primera fue para conexión de vuelo hacia Los Angeles, un viaje meramente de placer, durante mis vacaciones. La segunda vez fue para conexión de vuelo hacia... Los Angeles, para una conferencia de Microsoft.
Esta vez estoy aquí por un vuelo de conexión hacia... BINGO! Los Angeles. Pero a diferencia de las dos anteriores, esta vez mi destino final no es Los Angeles. Esta vez estoy aquí por un vuelo de conexión que forma parta de un viaje mucho las largo, y mucho mas IMPORTANTE e IMPACTANTE para mi vida, un viaje que he anhelado durante veinte añs, dos meses y 23 días, un viaje que he soñado durante días soleados y noches lunáticas, un viaje que cada vez que pienso en el día que lo realice, me hierba la sangre de inexplicable felicidad y ansiedad.
Este es el viaje hacia mi santuario sagrado.
Estoy camino a CASA.
CASA. Que palabra tan corta pero calurosa... que palabra tan sencilla de entender pero a la vez complicada de explicar... que palabra tan com鷑 y cotidiana pero a la vez especial e inspiradora.
Casa. una de las pocas palabras que te puede hacer reír y llorar a la vez.
Casa. Para el niño juguetón, es donde espera el abrazo de mamá cuando termine de jugar en el parque. Para el estudiante dedicado, es donde encontrará los elogios y premios de los orgullosos padres cuando lleve una excelente nota. Para los amantes, es donde espera los besos y juramentos de amor enterno. Para los esposos, es donde espera una cálida cena y quizá una sesión de masaje desestresante luego de un ajetreado dia de trabajo. Para los ancianos, es donde espera con ansia el retorno diario de los hijos para una amena cena familiar.
Para mí en estos momentos, casa, es aquel anhelado lugar de partida de hace veinte años y ahora lugar de retorno. Es donde nací y crecí. Es el destino de todos mis deseos. No es la casa donde regreso todos los días luego de un día ajetreado. Esa casa está en Panamá, mi hogar. Esta casa a la que estoy yendo, es el origen de mi vida, la razón de mi orgullo, la causa de mis lagrimas cuando veo su nombre en algún lugar.
Durante estos 20 años, he imaginado mi retorno a casa de todas y cualquiera forma fantaseable. Pero nunca pensé que iba a regresar por primera vez por una emergencia familiar. Desde que me enteré de la emergencia 3 días atrás, he estado con un estrés y preocupación casi insoportable. Sin embargo, en estos momentos, solo siento un nerviosismo inexplicable. Un nerviosismo que me tiene sintiendo incomodidad tanto sentado como parado.
Todavía faltan 23 horas total para llegar al destino, contando el viaje de Houston a LA, y luego de LA al destino, incluyendo las horas de espera en LA.
Luego de veinte años, 2 meses y 23 días, me faltan 23 horas más para llegar a casa.