Wednesday, June 15, 2011

Qué le darás a tus hijos?

Hace tieeeeeeeeeeeeeeempo que no escribo, muuuuuuuuuuuucho tiempo.

Aquí vamos...

En días recientes, me topé con un amigo y entablamos una conversación para actualizarnos sobre nuestras vidas. En medio de la conversación me dijo una frase:

"Trabajo día y noche para darle a mi hijo todo lo que no tuve."

Esta frase me dejó filosofando un buen rato luego del encuentro. Yo aún no tengo la dicha de tener hijos, pero creo entender ese deseo de los padres de darle lo mejor a sus hijos, ya que eso fue lo que hicieron los míos.

Pero "darle lo mejor" es muy distinto a "darle todo lo que no tuve".

Con respecto a "darle lo mejor" no hay que discutir mucho, la definición puede variar entre personas pero lo importante es la frase "lo mejor", ese es el deseo de toda persona, no solamente de los padres, de tener lo mejor.

Lo que me intriga es "todo lo que no tuve". La definición del término también varía entre personas pero al final apunta a lo mismo: son todas aquellas cosas que nosotros de niños deseábamos pero no llegamos a tener por la razón que sea.

Esto puede ser un action figure de G.I. Joe, puede ser una muñequita Barbie, puede ser un libro de comics del momento, puede ser una enciclopedia para facilitarnos las tareas, puede ser un Nintendo, un TV en el cuarto para nosotros solitos, puede ser una mejor escuela que la que fuimos, puede ser soposcientos mil millones de cosas que, aunque diferentes, son iguales en el sentido de que era lo que anhelábamos pero no pudimos obtener, y para el caso de nuestra generación, la principal razón de peso de no poder obtener ese deseo puede converger en una cosa: el nivel económico de nuestros padres. De ahí la mayoría de nosotros tenemos el deseo de darle "todo lo que no tuve" a nuestros hijos una vez logramos conseguir un modo de vida que nos garantice un nivel económico superior al de nuestros padres.

Pero... ¿sabes si tu hijo realmente desea tener "lo que no tuviste"? Estoy seguro que en su momento, después de mucho desear, si tu padre finalmente consigue lo que deseabas, le estarías muy agradecido ya que comprendes el sacrificio involucrado para concederte ese deseo, pero... ¿estás seguro si tu hijo sabrá apreciar lo mismo también?

No estoy diciendo que tu hijo sea un malagradecido, sino que, dada la misma situación pero en diferente momento, la interpretación puede ser muy diferente. Vamos a descartar el punto de si tu hijo entiende o no el valor del dinero, supongamos que tanto tu hijo de 9 años como tu a tus 9 años entienden bien el valor del dinero, pero ¿implica el mismo esfuerzo para tu padre comprarte un TV a color para tu cuarto que el esfuerzo tuyo para comprarle un iPad a tu hijo? Obviamente no! Para tu padre, comprarte un TV a color en su momento pudo haber costado más de la mitad de su salario, pero un iPad para tí a lo mejor no significa ni una cuarta parte de lo que ganas, de ahí la diferencia de esfuerzo y sacrificio, por lo tanto tu agradecerías mucho más un TV de color que lo que tu hijo agradecería un iPad.

Te voy a dar un ejemplo vivido. Mi padre me contaba que de chiquito era muy pobre, tanto así que no tenía dinero para comprar galletas, jamás ha probado una galleta sino hasta grande. De chiquito siempre deseó poder algún día comerse todas las galletas que quisiera. Sin embargo, cuando tuvo a su hijo, yo, él no me dio "lo que no tuvo", al contrario, me decía "deja de comer tantas galletas y cómete la carne con brócoli que te hizo tu mamá." Obviamente él comprendía que darme "lo que no tuvo" no sería darme "lo mejor", y optó por darme lo segundo.

Pero sabes qué? Mi padre SÍ me dio "lo que no tuvo": mi abuelo falleció muy joven y mi padre creció sin su padre, no tuvo una adolescencia con un padre a su lado, no tuvo un padre con quien conversar y pedir consejos cuando se sentía confundido y triste, no tuvo a un padre a quien invitar a comer cuando recibió su primer pago de salario.

Yo sí. Mi padre siempre estuvo a mi lado, desde el momento que yo conocí el mundo hasta que él falleció hace un par de años atrás. Estuvo a mi lado cuando me gradué de la escuela, universidad y maestría, estuvo a mi lado cada vez que necesitaba apoyo, estuvo a mi lado cada vez que me caía o cada vez que lograba una conquista, estuvo a mi lado en cada fracaso y éxito, tuve una infancia, adolescencia y parte de mi vida adulta llena de amor paterno. Eso, sí es darme "todo lo que no tuvo".

Ahora, cuando tenga la dicha de tener hijos, me tocará a mi darles a mis hijos TODO LO QUE SÍ TUVE.